Antología del año, III
...y van tres.
Tres diciembres haciendo un post como este, escribiendo para
alguien (por suerte, normalmente más de uno) que me lee por placer,
aburrimiento, compromiso o elección del destino. Ya os daré (a todos) las
gracias luego. Por ahora, y como siempre, me conformo con que leais solo un
poquito de este año que, como todos, ya es
historia.
Pero este, me huele a mí, lo es con mayúsculas.
Puede, si me paro a pensarlo, que este año haya sido uno de
los más intensos de mi vida, o de los más raros; de los más difíciles, sin
duda, de plasmar en un par de párrafos y unas cuantas fotos. Porque el recuento
de mi decimoctavo (y parte del decimonoveno) año de vida me ha llevado tiempo,
ganas, sonrisas y muchas lágrimas.
Casi tantas como las que me han robado últimos doce meses.
Este año del conejo (y de la química, y de los
bosques) comenzó en sábado.
Sí, ese sábado, maravilloso uno de enero
en que las rotativas se paran, y en muchas televisiones se cuela por una vez la
música clásica.
Ese sábado en que
muchos almorzamos vestidos de gala, comimos en sueños y cenamos restos fríos
del año anterior.
Resulta que ese sábado comenzaba, aquí, en España, el Año
Internacional del Alzheimer.
Y paso de ponerme triste y nostálgica (nostálgica de aquellos tiempos en que
recordabas mi nombre, y me hacías pasta todos los domingos, y te hacías la loca
mientras te robaba los pintaúñas, y eras la mejor pinche en mi cocina de
juguete, la mejor alumna en mi colegio inventado, ¡y las veinte mil islas
flotantes que tenías que hacer para que una te saliera bien, pero qué bien te
salía!, y, mierda, ya estoy llorando) en un día como hoy, así que omito
(demasiado tarde?) las palabras, y os dejo este video.
El caso, después de ese sábado inexistente llegó el domingo
2. Y desde entonces no hay más pitillos tras el café en restaurantes, ni
eternas sobremesas cuando comemos fuera. No hay más tabernas (legales) del
whiskey y puro, ni reuniones bohemias de nubes de humo en bares, ni primeras
copas con marlboros light en el garito de moda.
No.
Pero ahora
salir a fumar es el último “¿tienes sal?” o “¿tienes hora?”. Que sí, que si ese muchacho
de hombros anchos de la barra fuma, ya tienes oportunidad para presentarte.
Porque sus amigos me tienen pinta de ser
sanos, y a nadie le gusta congelarse a solas.
Además, ahora proliferan las calles peatonales con terrazas
enormes y, oye, eso que hemos ganado (sí, bueno, guay también por los que
dejaron de fumar).
Ese
mismo día Chile tiembla, muchísimo, otra vez.
Tan solo veinticuatro horas más tarde el Sol y la Tierra se saludan
desde más cerca que nunca, y en Australia doce personas mueren en las
peores inundaciones del país en cien años.
Sí, amigos, y estamos a tres de enero. Os dije
que era un año movidito.
Un mes antes de San
Valentín, el presidente tunecino, Zine El Abidine Ben Ali, huye del
país tras meses de protestas populares sangrientamente reprimidas.
Y esto fue tan sólo el comienzo. En occidente fuimos
espectadores desde los salones de nuestras casas, y durante todo el año,
de cómo los pueblos árabes
escribían por fin su Historia, y echaban de sus tierras a quien durante tantos
años se habían empeñado en escribirla en su lugar.
Sí, aquí todos nos llevamos las manos a la
cabeza y olvidamos que hubo un tiempo en que asistimos pasivos a instantáneas
como esta.
[En el primer mes del
año aprobé mis cinco primeras asignaturas universitarias con dos
sobresalientes.
Y pensaba que todo iba sobre ruedas, que mi vida estaba
encauzada, que mi novio me quería, que mi madre nunca me iba a dejar volver a
Madrid tan pronto para escaparme a Cibeles.
Y. m e. e q u i v o q u é. e n. t o d o.
En Febrero, empecé
asignaturas nuevas. Descubrí la tele desde el otro lado, y fui feliz leyendo el
pronter y fingiendo retransmitir los Oscars
micrófono en mano desde el plató de mi facultad.
Fue también en febrero cuando mi padrino me espetó, un
sábado antes de comer: ¿tienes planes para el 22 y 23?
Y yo solo tenía uno. Perderme dos
días de clase por un par de desfiles maravillosos en la Cibeles Madrid fashion
week. Y contemplar toda la parafernalia, sí, pero de primera mano.
Y recoger
en persona y probarme por primera vez mis soñados Very Privé. Y más, más cosas.
No muchas semanas más
tarde, en una pequeña biblioteca en Santiago, mientras planeábamos el que iba a
ser nuestro primer fin de semana juntos, mi teléfono sonó. Después, solo
recuerdo muchas lágrimas y gritos que me hicieron decir basta un par de años y
medio después de comenzar esta bonita aventura.
Todavía hoy me atormenta
pensar en todos los ¿qué hubiera pasado si...?]
Una noche de
febrero, uno de los más famosos diseñadores de moda protagonizó un lamentable
incidente en un bar de París. Dior, donde llevaba 15 años trabajando, le
despidió con rapidez y en septiembre fue condenado por insultos racistas. El
folletín de la caída en desgracia de John Galliano ha corrido en paralelo al
pasatiempo del año: adivinar quién le reemplazará en Dior. (Eugenia
de la Torriente en elpais.com)
Fue un
once de marzo, como aquel que tiñó de luto España, y cambió su curso político,
el día en que un terremoto sacudió Japón. El tsunami que este provoca causa el
primero de los accidentes nucleares en Fukushima.
2 de
abril: en España, el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero anuncia que no se presentará a las
elecciones generales de 2012,
pidiendo al partido que convoque primarias para elegir al candidato después de
las elecciones municipales del 22 de mayo. Todos sabemos cómo terminó esta historia.
El ocho de abril Portugal
pide rescate del fondo financiero
de la UE.
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Una semana antes de que mi -todavía- novio cumpliese diecinueve años yo puse rumbo a Lanzarote.
Aquella semana de
desconexión fue el perfecto preparativo para la catástrofe sentimental que me
esperaba al volver.
Qué os voy a decir
que no haya escrito ya durante este año.
Que lloré y me enfadé mucho, ya
lo sabeis.
Pero a ti, que igual
no estás leyendo esto, tengo que decirte, aunque sea también por enésima vez,
que gracias por hacerme un hueco en tu ventana aquella noche. Y gracias por
aguantarme tanto en aquella época cuando de tres palabras que decía dos eran su
nombre.
Porque sé que si no
te hubiera tenido a mi lado entonces, le hubiera contestado a todos y cada uno
de sus mensajes, y sus llamadas y ya no me quedaría hoy ni orgullo, ni
lágrimas.
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El 17 de abril, el presidente Fidel Castro renuncia de
forma definitiva.
El 29 de abril,
agazapada bajo mi portátil en clase de derecho, contemplo el desfile de
invitados a la boda de los herederos al trono de la dinastía más longeva de
Europa.
Y sonrío al ver que
Kate ha elegido Sarah Burton.
(y pregunto a todo el
mundo quien es esa muchacha de culo redondo)
En mayo.. Oh, en mayo.
El día 2 Estados Unidos
anuncia la muerte de Osama Bin Laden, el
nueve el parqué se sacude ante la incertidumbre de un nuevo rescate a Grecia y el once Lorca tiembla como no lo hacía la tierra aquí
desde el sesenta y nueve.
EL QUINCE COMIENZA EN ESPAÑA UNA REVOLUCIÓN. Comparable
al mayo francés para unos, unos ensucia-plazas anárquicos para otros.
Lo cierto es que el manifestante es el personaje del año. Y que aquí
por primera vez en mucho tiempo millones de personas unieron su voz. Entre
ellas y con muchos otros que protestaron fuera de nuestras fronteras.
Oprah conduce el último de sus programas y con las
elecciones municipales comienza el cambio
político en este país.
Yo, bueno, yo me fui a Ibiza gratis.
Una mañana de viernes me planté en mi facultad medio dormida y con el pelo empapado y coincidió que los de Barceló estaban regalando, escapadas de una noche a la isla balear.
Así que , así, sin pensarlo, nos plantamos en el hotel de Pachá, bebimos, comimos y bailamos hasta el amanecer en la discoteca y el sábado estábamos de vuelta en Santiago.
.
En junio terminé
mi primer curso universitario.
Y podría decir de él
mil cosas, pero sobre todo lo recordaré como el año en que un par de profesores
creyeron en mí, el año en que leí más que nunca, y, gracias a Lore, también vi
más pelis que nunca.
Igual nunca te lo he dicho, pero vivir contigo fue lo más.
Fue
por muchas razones uno de los años más duros de mi vida, pero también, y sobre
todo, de esos que dejan huella.
.
El día siete de junio se inaugura (¡por fin!) el MUSEO BALENCIAGA.
Julio comienza bonito. Bonito, etéreo, romántico. Kate Moss y Jamie Hince se casan el día uno en una boda con vestido de Galliano, Testino como fotógrafo, y Jude Law, Stefano Pilati, Vivienne Westwood, Naomi Cambell, Carine Roitfeld y Stella McCartney entre los invitados y en la que, a pesar de todo, el centro de atención siguió siendo la novia.
7 de julio: en Londres,
el periódico sensacionalista News
of the World anuncia que,
debido a un escándalo de escuchas telefónicas, cesa su actividad. Se inicia así
una tormenta política que salpica a Scotland Yard y al gobierno de Reino Unido.
El 23, también en Londres, se apaga una de las voces más poderosas de los últimos
tiempos y
nace un mito.
No recuerdo muy bien cómo pasé yo Julio, pero sí que la última
semana, por fin, me fui de viaje con esas cuatro personas que tanto quiero.
Y conquistamos Sevilla y Conil de la Frontera.
De esa semana tengo algunos de los recuerdos tontos más
felices de mi vida.
Recuerdos tontos, digo. De esas escenas que no sabes bien
por qué las recuerdas, pero ahí están; la mayoría son de mi infancia:
Yo sacando una pierna por entre los barrotes de la cuna,
mirándome el chándal en la guardería, riéndome sentada a una mesa de cuatro en
el primer curso de colegio.
Ahora también, entre esos recuerdos tontos, se cuela una
cena con vosotras en la terraza del apartamento. Y las copas de sangría de
después (y de antes) al ritmo de canciones marchosas, en bragas y sujetador
mientras el sol se ponía.
Joder, qué feliz me haceis.
·
El trece de agosto fallece Jesús del Pozo.
5 de septiembre: Christine
Lagarde, directora del Fondo Monetario
Internacional lanza
una advertencia sobre el riesgo de una recesión económica global e inminente. Esto
provoca la caída de los principales mercados bursátiles del mundo.
El 11 se cumplen diez años del atentado
contra las torres gemelas en Nueva York
A dos meses de mi cumpleaños El gobierno de Grecia advierte que los
fondos públicos solo tienen dinero para pagar nóminas de funcionarios y
pensiones hasta octubre...
...Y yo me mudo a Santiago de nuevo, pero a una casa nueva, con una
compañera nueva, o no tanto. Porque hasta ese día ya había compartido con ella
más momentos de los que podía recordar. Eres mucho, teresita.
El
día 23 Se hacen públicos
los resultados preliminares del Proyecto OPERA según los cuales los neutrinos pueden superar la velocidad de la luz.
El día treinta y uno nace el
habitante número siete mil millones
de este planeta.
El cinco de noviembre muere
Loulou de la Falaise, musa de YSL,... y el mundo se vuelve un poco menos
glamuroso.
·
También en noviembre, yo me hago
un esguince por primera vez en mi vida. Una semana más tarde, cumplo diecinueve
años, y
Un fin de semana más tarde me
escapo otra vez a Madrid. Y conozco a Bea, y a Pablo [FOTOS COMING SOON] Y me reencuentro con mis
hermanas dos años más tarde.
Gracias por hacer de esas cuarenta y ocho horas
uno de mis mejores recuerdos del año.
El domingo, voté por segunda
vez.
·
Berlusconi dimitió como Presidente del Consejo de Ministros italiano.
El PP obtuvo la mayor victoria
de su historia.
Sin saber muy bien cómo, ya era
diciembre, y en Rusia tienen lugar las manifestaciones de protesta más
multitudinarias desde el fin de la Unión Soviética por el presunto fraude
electoral en las últimas elecciones, en las que había salido de nuevo
victorioso Vladimir Putin.
El día diecisiete muere el
dictador norcoreano Kim Jong-il.
Y, de nuevo casi sin darme
cuenta, estaba engullendo la última uva, cerrando el último capítulo de un año
–ahora sí puedo decirlo- para la Historia.
Pero de este año aún me
quedan muchas (muchas) cosas que contar.
En los últimos doce
meses fallecieron: la bailarina Sonia Osorio, Elizabeth Taylor, Ernesto Sabato,
Severiano Ballesteros y Cesaria Evora "la diva de los pies
descalzos".
Christophe Decarnin fue despedido, Carine abandonó Vogue París y fue sustituída por Emmanuelle Alt, McQueen llevó al museo a más gente que nunca y Dolce y Gabbana anunció el final de D&G.
Adele, los Red Hot,
Radiohead, Coldplay y muchos más sacaron nuevo disco.
Lloré a mares recordando
lo peor de mi arte favorito con Cisne Negro, con nostalgia con EL REY LEÓN, de
pura tristeza con Pa Negre. Me encapriché de Ryan Gosling, y mi veneración por
Sofia Coppola fue todavía mayor después de SOMEWHERE.
Todavía tengo pendiente
The Artist y Melancolía.
Aprobé el carné de
conducir y mi primer examen de Cambridge.
Leí a Thomas Mann y casi
todo lo de Henry James. Leí libros sobre telas y estampados, sobre gestión de
empresas de moda, sobre publicidad y radio y televisión. En verano,
inevitablemente, releí la biografía de Maria Antonieta. Y en septiembre resúmenes de las de
María Callas, Audrey Hepburn, Wallis Simpson, Gabrielle Chanel y otras Divas
Rebeldes; y soñé muchas noches con las fiestas del barco de Onassis.
Pero, sobre todo y más
que nunca, poesía. Después de todo sólo me quedaba el recurso de creerme un
alma atormentada.
Grité con viejas
películas de terror, asustada por amigos, histérica cuando supe quien
tocaba en el Rock in Rio.
Dejé la horrible manía
de destrozarme los dedos por el estrés, y la cogí de nuevo.
Lloré nerviosa,
emocionada, triste, rota, nostálgica.
Lloré en mi cama y en la
de otros. En una iglesia, en una discoteca y a escondidas.
Me enfadé por orgullo y
por despecho.
Sonreí, borracha de
placer o Citadelle con fever tree.
Comí toneladas de comida
basura, devoré los blogs de GQ, y Vanity Fair, y los de esas personas que ya
puedo llamar amigas.
Guardé secretos, y confesé
otros.
Cuando ya no creía en
que quedase más gente en el mundo tan genial como los amigos que ya tengo,
apareció en mi vida una persona con casi el mismo gusto que yo por las
relaciones difíciles que llenó mis tardes de lunes y miércoles de buena música
y mejor compañía. Yo a cambio sólo le di cervezas, y hasta le robé algún minuto
de sueño haciéndole leer mis mensajes eternos llenos con consejos basura y
montañas rusas.
Supongo que muchos os
habréis quedado por el camino de estas seis hojas de texto, demasiado, lo sé,
para una página web.
Pero esta es la mía, y,
aún más que eso, es un pedacito de mí.
Y por eso escribo sólo
cuando tengo algo que escribir, y este año no muchas veces me salían las
palabras.
Así que gracias, a los
que, a pesar de todo, seguís leyendo.
Y gracias cómo no, a los
y las de siempre. A los que haceis que mi mundo siga girando, y a mí me
manteneis cuerda.
Ahora toca pasar página,
y comenzar a escribir la historia del que dicen será el último de todos los
años.
Mientras el fin del mundo no llega, Feliz 2012.
Bi.