te(a)mo

La primavera me pone melancólica, la perspectiva de la recta final del curso me estresa, el tiempo (lluvioso, húmedo, típicamente gallego) y que llevo tanto sin verte, consiguen por momentos robarme la sonrisa.

Hoy, aburrida, cansada, volví a casa mucho antes de lo habitual.

Me tumbé en el sofá y esperé a que El Secreto de sus Ojos, un té muy, muy caliente, y un poquito de soledad lo arreglasen todo.

Normalmente disfruto de este ritual de desahogo, porque me hace llorar y me consuela simultáneamente.

Pero hoy, la terapia fue más allá. Encontré la respuesta a mi angustia en la propia película:
Ricardo Darín dormido, buscando despertar su subconsciente escribió t e m o en una libreta.

No fue hasta veinticinco años después que descubrió que la palabra estaba incompleta:
no era temo, sino te amo.



[

Hoy no hay fotos, ni más palabras.
No hay un párrafo que resuma lo que quiero decir en este post.
No hay una conclusión, ni un desenlace.
Hoy, por no haber, no hay ni luna en el cielo.

]

el cielo está cansado ya de ver la lluvia caer
y cada día que pasa es uno más parecido a ayer.
no encuentro forma alguna de olvidarte
por qué seguir atándote?

Te.echo.de.menos.

Bi.