lunes, 29 de noviembre de 2010

Love comes in a Tiffany's blue box

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O en el color de la suela con la que tantotiempo llevo soñando.
-y por la que tendré que esperar todavía hasta principios del año que viene, pero, por lo menos, ya estoy apuntada en el la lista de espera-.
La alegría, el amor a veces, viene en la versión navideña de las tazas de cartón de Starbucks, en un paseo por La Castellana, en copas gratis en Moma.
Está en una vitrina, en color coral o turquesa, de la tienda de YSL. o frío, helado, en un desayuno en Haagen Dazs.

El mejor de los fines de semana pasa por bromear con el dependiente de la joyería más especial del mundo. Que nos pida, por favor, que no nos marchemos. Que me llame por un apodo.
Por tener el más casual de los encuentros, la coincidencia menos esperada en Fun.
Jackson el taxista, David el dependiente de Tiffany's. La dependienta cantaora del Sephora.
Los chicos que nos colaron en una discoteca. Aquel hombre raro que bromeaba con mis amigas y pidió globos para mí en VIPS.
El mejor de los fines de semana pasa, incluso, por sobrevolar Santiago durante casi una hora esperando que la niebla* nos deje aterrizar. Y fallar en el intento, y aterrizar el Oporto. Y recorrer Galicia en bus durante horas, para llegar a casa.

*tiempo más tarde nos enteramos que no fue la niebla, sino LA HUELGA encubierta de los controladores lo que nos impidió aterrizar.

El final de una celebración de cumpleaños inmejorable. Que empezó a las doce en punto de un día doce de noviembre y terminó, rozando el final de mes, siempre con vosotras.
Porque, detrás de todos esos nombres de tiendas, joyas, zapatos, calles y cafés, después y antes de todo eso, antes incluso de todo y cuando me haya arruinado ya de tanto consumo siempre estais vosotras.
Los únicos nombres importantes.


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Bi.

jueves, 25 de noviembre de 2010

caprichos, placeres y otros vicios

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Hace ya demasiado que no escribo sobre mis vicios. Vicios confesables, pequeñas manías, gustos frívolos y a veces inalcanzables. Otras veces tontos, simples, pequeños placeres que me hacen feliz.

Este blog, ya lo dije hace tiempo, trata de esos vicios confesables. Y es en días como hoy, ni buenos, ni malos, tranquilos y lluviosos, cuando más los necesito.


Necesito comer, comer con las manos. Embadurnarme con el ketchup que le sobra a la hamburguesa, pringarme con el queso fundido que quizás no debiera haberle puesto a las patatas fritas. Sonreírte con la boca llena de chocolate y vainilla, delicioso brownie del que siempre tengo ganas.

Porque el helado siempre me apetece en invierno. Como el té. bueno, el té me apetece en invierno, verano, otoño y primavera. Caliente o helado, rojo, verde, negro o de vainilla. Contigo en el rocco, o sola escribiendo en la cama.

Como comer a cucharadas la crema de cacahuete. Los desayunos eternos. La sopa de chocolate blanco con frutos rojos por la que soy capaz de desplazarme hasta veinte kilómetros.

En general, cualquier postre bonito. Me gusta mucho, mucho el champagne, L'elisir d'amore y Carmen.

Me gusta la textura de mi pelo al salir del mar, que la arena se me cuele entre los dedos de los pies, y un Marlboro Light con una enorme taza de café.

Amo que me canten en francés y me conquisten en italiano. Gritar en castellano, oír hablar gallego y ver películas en inglés.

Gastaría todo mi dinero en sushi y zapatos. Altos, altísimos. Y bailaría sobre ellos cada noche. Mr. Guetta y Ms. Absolut. Qué estupenda pareja.


Amo viajar. En avión, en tren. Anywhere. Me gustan los hoteles bonitos con sábanas blancas.

Me gusta estar delgada, vestir de negro. Los labios rojos y las uñas cortas. Me gustan las que llevan ropa vieja y rolex de oro. Sin que nadie lo sepa. El pelo alborotado y los relojes de hombre. Y las colonias, y las revistas, y las camisas de hombre. Y hace tiempo que lo dije.

Disfruto caminando al ritmo de Akon, aunque en la intimidad sólo escucho a Simon & Garfunkel.
Siempre voy de un lado a otro con mil cosas en la mano. El movil, el café, el ipod. Cuando recibo un mensaje a la bb tengo que hacer malabarismos para que no se me caiga todo al suelo.


El ballet fue mi vida durante mucho tiempo. Me rescató de más de un pozo. Todavía lo sigue haciendo. No me gusta tocar a Mozart. Ni el baile contemporáneo. Las partituras de Chopin me hacen llorar. Siempre. Casi tanto como algunas de mis películas favoritas.


Me pierden los hombres de traje; los suspiros ansiosos. Soy borde. mucho.

Me sonrojo cuando mi familia me dice que soy de otra época. Que debí nacer en los años cincuenta. Qué suerte la mía. Los 2.55 estaban mucho más baratos en aquel tiempo.

Leo y releo las Vogues, pero jamás soy capaz de recortarlas. Acumulo Elles, Esquires y alguna Vanity Fair en un rincón de mi habitación. Pero las Vogues y las Harper's tienen su lugar en la biblioteca de casa. Al lado de Jane Austen, que tantas veces me hizo soñar. Y Wilde, y Pavese y Neruda. Que leo una y otra vez. Porque me encanta. Leer a los clásicos y libros de ensayo sobre moda. Porque odio hablar sin saber de lo que hablo.

Me gustan las joyas grandes, y los anillos diminutos que mi madre usaba cuando estaba en la veintena.

Tiffany's y la Durée son el paraíso.


Casi nadie lo sabe, pero la primera vez que lloré de alegría fue con una carta de mi tía. La segunda, aterrizando en Roma.



Mi dieciocho cumpleaños fue uno de los días más felices de mi vida. Gracias mamá. y abuelo, y abuela. y padri. por estar ahí desde siempre. Gracias a ti. Que has leído todo esto sin ni siquiera conocerme. Y a ti, y a ti. Que comentas cada post. Gracias a ti. Por hacerme sentir especial.
y a ti. que tienes una abuela estupenda que ya quedó advertida un día: como me guste esto, volveré. te vas a hartar de verme.
espero que tú no te hartes nunca.
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Bi.

martes, 23 de noviembre de 2010

Ne me quitte pas.

No me dejes, Alegría.

[Si hace unos días había recuperado la ilusión, ahora me encuentro más que feliz. sí. f e l i z. con todas las letras.]

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El domingo hice realidad por fin el baño de burbujas con el que llevaba soñando toda la semana.
Me llevé a casa los macarons que había comprado en Santiago el jueves, y, sola en casa, me meti en la bañera. Y eché muchas, muchas sales, hasta que la espuma casi me llegó a la nariz. Estiré cada músculo de mi cuerpo y dejé que las letras de El Imperio de lo Efímero -ya estoy a punto de acabarlo- y el agua aromática se llevase la melancolía que me inundaba.
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Y él vino a mi casa. Y nos acurrucamos juntos, en silencio, en el sofá. Hasta que paró de llover, y me acompañó a la estación. Cenamos juntos, y partí.


Santiago me recibió de nuevo. Y alguien me saludó en la estación. Y yo me esfuerzo por hacer de esta ciudad mi hogar.

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Pero hay algo dentro de mí. Demasiados llantos contenidos por no querer aceptar la realidad. Por no quere asumir, hasta ahora, que lo pasé mal. Que yo, independiente, autónoma, viajera. Necesito a mi mamá cerca. a mis amigas. y a ti. y saber que estamos bien. y que me des muchos besos cada día.
así que lloro a mares. grito, casi me desespero. pero son lágrimas de alivio. me limpian, casi me alegran. buenas noches, princesa. y, por primera vez en años, duermo antes de medianoche.

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El lunes pasa tranquilo, termino viendo Memorias de África; y hoy me despierto descansada.
me visto un poco rara. en Santiago a nadie le importa. en la cafetería, con mis - ¿me atrevo a decirlo? - amigos, pulimos el trabajo de producción. abro el mac. enchufo los cascos. y encuentro la felicidad trabajando en lo que me gusta, disfrutando lo que hago, con Jacques Brel susurrándome al oído, que no le deje...

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Bi.

martes, 16 de noviembre de 2010

Podría alguien recordarme que era eso de estudiar?

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esta foto la hice preparando el final de gallego.
allá por mayo.
la encontré por casualidad en una álbum en el ordenador. y así como por casualidad también me han dado ganas de estudiar otra vez.

con buenos propósitos, Bi.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Santiago empieza a darme razones para sonreír.

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  • que un mensaje a la BB, "necesito verte", sea lo único que necesito para coger el tren y plantarme en Coruña. y dejar que me demuestres cuánto me echabas de menos. y recorrer coruña en el coche con la música a todo volumen como si fuese la primera vez que veo la ciudad. y coger el tren de vuelta. y disfrutar del viaje leyendo el Imperio de lo Efímero.

  • que leerme el Imperio de lo Efímero -y otros libros de moda- cuente para mi nota final. Cosas del profesor de políticas. valora mucho nuestra capacidad de discutir, así que nuestras prácticas consisten en discutir con él en tutorías individuales sobre temas que nos interesan, y para ello nos manda leer libros del tema en cuestión.
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  • que siga lloviendo. y ahora que esa gabardina que llevaba tanto tiempo deseando es por fin mía tengo todavía más razones para adorar los días lluviosos.
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  • que exista una tienda donde venden macarons. es sólo cuestión de tiempo que engorde y me arruine. pero lo haré con mucho gusto.
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  • vivir a un tiro de piedra de donde vive mi ahijadita de tres años me permite asaltar su colección de clásicos de Disney en DVD. -mis cintas de VHS sólo los puedo reproducir en Coruña.- y puestos a elegir uno, cómo no, decido reenamorarme de Pongo y Perdita. de pequeña veía los 101 dálmatas cada domingo. esta vez selcciono inglés en el idioma. temo decepcionarme. pero cuando acabo me pregunto cómo llevaba tanto tiempo perdiéndome el placer de oír los maravillosos diálogos de la película en ese acento británico perfecto.
...hacen que empiece a gustarme, que empiece casi a enamorarme de Santigo de Compostela.

otoñalmente feliz.
Bi.

viernes, 12 de noviembre de 2010

I'M A BIG GIRL NOW.




y hoy cumple también Anne Hathaway, 28.
y cumpliría 81 Grace Kelly.
Ojalá la elegancia fuera
cosa del Zodíaco.

Bi.

jueves, 11 de noviembre de 2010

hora de recuperarse.

gracias por vuestros comentarios en la entrada anterior. suponen un apoyo enorme.
os hice caso.
salí a la calle y la lluvia llegó de repente. y sólo eso hubiese bastado para animarme.
cerré el paraguas y me puse en el iPod una canción que en la peor época de mi vida me hacía sonreír más que nada. You can't stop the beat. y así fui. sin perder el ritmo. sonriente y empapada. y mordiendo una manzana roja crujiente.
el último paseo de pequeños placeres antes de ser adulta.
y a que todo se le llame vicio.

todavía niña, Bi.
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echo de menos el olor de mi casa, caminar descalza por el parquet, el color de mis sábanas, tu colonia en mi pelo cada mañana.

echo de menos a los profesores de siempre que se ríen cuando finjen no verme cuando desayuno en clase, las bromas tontas de los niños de mi clase.
echo de menos que mi compañera de mesa escuche mis paranoias a las ocho de la mañana. que se ría de mis borderías y me haga sentir bien sin siquiera ser mi amiga.
la gente que te dice un sincero "qué te pasa". la gente que veo a diario desde los cinco años. los pupitres incómodos. las mesas individuales. que se cancelen las clases por el temporal. la tentación de copiarle los zapatos a la profe de lengua.

echo de menos a mis amigas. que saben cuando no hablarme. que me entienden todo y me aconsejan como nadie.
estoy cansada de algunos que me dan abrazos, que me preguntan, que me cuentan sus problemas, que están ahí a todas horas cuando yo sólo las necesito a ellas.
a esas personas que me quieren y ahora están lejos.

que me abrazan de verdad. y me alegran la vida haciéndolo.
que saben que ahora estoy llorando mientras escribo, que en realidad llevo haciéndolo desde que salí de clase hace hora y media.

que saben que soy melodramática. y llorona. y borde. e hipersocial con quien no me merece la pena.

y me quieren también por eso.

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a veces tardo en salir de casa pensando que al llegar a clase nos van a castigar de nuevo juntos. pero me giro, y te busco, y no te veo.

y te echo de menos cada minuto del día.

porque salgo y a veces bebo y me río pero lo único que quiero es saber que al llegar a casa tendré a mi madre durmiendo en el sofá. esperando a que llegue a casa. {pero no está.}
y ver que mi cama que no me dio tiempo a hacer esta mañana fresca y ordenada. porque mamá me riñe siempre, pero esta vez me la hizo mientras yo estaba en el cole.

echo de menos que, de vez en cuando, mi abuela haga espaguettis sólo para mí cuando el resto comen cocido. que le den la vuelta a la fuente del pescado para que los ojos no apunten a mí. que mi abuelo insista en que coma para engordar mis nudillos.


echo de menos poner la música altísima mientras me ducho porque no tengo vecinos arriba, y abajo vive mi padrino, que pone la música más alta que yo.



[
no hay una sola cosa que no eche de menos.

y hoy, a un día de cumplir dieciocho años, os necesito más que nunca.]
Bi.


P.D. ultimamente no tengo tiempo para las fotos. pero necesitaba escribir esto. si teneis por ahí guardada alguna foto que por cualquier tontería sintais que cuadra con algún post y me la mandais al e.mail me hacéis un favor! :)

martes, 9 de noviembre de 2010

la PLUIE.

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hasta la palabra en francés suena fabulosa.

lo que más odiaba de los días de lluvia en Coruña era [ese viento infernal que yo se llevó el paseo marítimo e inundó los portales del Orzán. ]

en Santiago llueve. llueve mucho, pero a penas hay viento. no tengo que preocuparme por mi pelo, mi bufanda, el paraguas.

sólo disfrutar la lluvia.
me encanta.
porque mis nuevas Hunter verde botella son mucho más bonitas mojadas.

y puedo saltar en los charcos, corretear sobre las hojas que los árboles ya han perdido sin miedo a resbalarme. y brincar bajando la escalinata aturuxo de vuelta a casa.


y lloro -como siempre- con algunas canciones viejas de Shakira.
y nadie se da cuenta, porque mis lágrimas se funden con gotas de agua.

y llego a casa. me quito la bufandita, el trench, las Hunter. me siento en el sofá con el pelo húmedo y me lanzo a las teclas.

un chocolate con avellana mientras la lluvia, será que ya me echa de menos, da golpes en la ventana para que le abra.

por la tarde jugamos de nuevo.

(no tuve mucho tiempo para las fotos, prometo editar later)
Bi.

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