but don't forget in whose arms you're gonna be.
save the last dance for me.
Y lo raro es, que a día de hoy, no cambiaría nada. Lo raro es que, a pesar de todo, recuerdo cada tarde, y cada noche. Recuerdo cada centímetro de tu cuerpo.
Cierro los ojos, y te veo.
A veces con ellos abiertos también.
Veo esos ojos, zalameros, listos, que seducen y encierran el más grande de los corazones.
Escucho tu voz colándoseme dentro. A través del teléfono, o con tus labios rozándome el cuello. Con tus planes de bodas, tus proyectos de futuro, nuestras tonterías. Y Las Vegas, y los millones de hoteles de lujo de revistas o internet. Y aquellos primeros“¿qué hago?”. Tus enfados porque “llevo 24 horas sin saber de ti”, y tus bromas y mis llantos.
Aquellos “puedes y debes”, tantos besos robados antes de cerrarse el ascensor. Yo despidiéndote escondida desde la ventana. El run run de la moto que me aceleraba el corazón antes de verte.
Tú, colándote en armarios que no debías, risas, carreras,..una inundación en mi casa. Manías comunes, ramos abandonados en habitaciones de hotel.
Yo, ladrona compulsiva, robándote camisas, y algunas gotas de aquel perfume que me volvía loca.
Caligrafía de niño en cartas de adolescentes, un par de tigres y dos letras clavados en mi corcho, y tus buenas noches a diario.
Porque eres mi mi futuro ingeniero auronáutico -que me hará un avión para mi solita, que me evite los retrasos de ryanair-, y tiger, y lince, y todo lo que te inventes. Por todas esas canciones horribles que me descargaba para ti, y que todavía suenan de vez en cuando en mi ordenador.
Por cientos de paseos en coche, y hamburguesas. Kilómetros de más para comprobar que aquellos radares eran solo ilusiones tuyas.
Porque te tengo a mi lado desde mucho antes de ser nada mío, y varias veces después.
Gominolas en forma de corazón, y regalices, y “sácate el carnet de una vez” –sigo intentándolo-; todas las noches que pasé buscando en google nombres de modelos de coche, y tú escogiendo uno para mí. Ese en el que pudiera subirme por los bordillos.
Una carrera cuesta abajo con cucharas de plata en la mano y helado a medio digerir.
Todos los abrazos eternos, mis tempranos despertares para poder verte dormir.
Y aquel otro temprano despertar...
Cada segundo de mi vida sigo echando de menos todo eso, ahora que ya no está.
Porque mis celos, los tuyos; nuestros gritos y errores lo desgastaron todo.
No hago otra cosa que ignorar mis propios consejos, y darme cuenta de que te amé como a nadie, de que te amo como nunca.
Dime dónde quedó todo. Tu mujer ideal, la señorita que siempre quisiste.
Mi hombre de espalda ancha, ese que me protege, y me quiere, y me cuida. Y me llama cada día, y se confiesa. Y me entiende y me perdona.
Todo sigue dentro de mí, te lo prometo. Esperando que lo despiertes como ya hiciste otras veces. Un domingo de septiembre, un lunes de carnaval.
Esperando que mi móvil suene y cada centímetro de mi cuerpo tiemble de nuevo. Que mi corazón se desboque, y me mente se convenza de que esta vez, lo haremos de verdad.
Y cuando eso pase, la vergüenza, la humillación, los errores, los llantos, los gritos, las noches sin dormir,... tendrán un sentido, habrán merecido la pena.
Porque volveré a perderme en ti, a parar el tiempo contigo. Y, más que nunca, te querré y me cuidarás y te haré feliz. Y que no haya sido un camino de rosas no hará sino darle más valor, más fuerza. Y todo el dolor quedará eclipsado por sentimientos más fuertes que en realidad nunca nos abandonaron
But some day I know it'll all turn out.
Suavé, 18 de febrero de 2010.
sabes? yo también te quiero, 3 de mayo d 2010.
pide cena para dos., 5 de marzo de 2011.