Un día, allá por dos mil ocho, una chica en Brighton compró su primera Vogue.
Entonces empezó a soñar. A soñar con Pradas y Guccis. A soñar con Birkins y 2.55.
A soñar con zapatos con nombre español. A soñar con agua con marca propia y envases diseñados por grandes maestros. Con dulces franceses, con espectáculos sobre y tras una pasarela.
Sueña, como tantas en el mundo, a hacer realidad esas fantasías de páginas de revista. A escribir bajo el título de Carta de la directora.
Hoy por fin me topo con gente que comparte mis sueños, y otros que quieren ayudarme a conseguirlos.
Y por fin me siento, pasito a pasito, más próxima a conseguirlo.
Y por fin me siento, pasito a pasito, más próxima a conseguirlo.
Bi.
P.D. para las que estais en Santiago y también soñais con esos dulces franceses: Dr. Teijeiro nº34 (O Almirez).
4 comentarios:
se empieza soñando y si se tiene la fuerza y la voluntad todo se termina consiguiendo.
un beso bi!
ánimo con esos sueños :)
ya sabes, lo dificil se consigue, lo imposible se intenta.
muáa Muáa
Gracias por la dirección, besos
Yo también sueño con eso. Aunque no vivir en una capital y no estudiar nada relacionado, lo pone difícil
Publicar un comentario