Mad Women

Después de dos semanas ocupada entre la playa y las revistas de moda (por qué la Vogue estadounidense ha salido tan tarde este año?) por fin he encontrado tiempo para ver Mad Men.
Soy más que una adicta a las series y como no podía ser de otra forma esta me conquistó desde el principio. Los vestidos, los labios rojos, la sensualidad de las faldas cuyo largo sobrepasa las rodillas,.. cómo beben, cómo fuman, cómo se relacionan.

Cinco décadas más tarde volvemos a los cincuenta. Y no hablo sólo de los zapatos de Prada y los vestidos de Louis Vuitton. Los cambios son evidentes: más libertad, más igualdad,.. también más diversidad. Pero, ¿acaso no aspiramos a lo mismo? Aún con la resaca de la crisis y los bares de cocktails se ponen de moda, hay quien llevaba años sin ir al cine y ahora paga un plus por ver películas en tres dimensiones y, quizás, en asientos vibratorios, Zara incrementa sus ventas a pesar del notable aumento de precios, compramos Blackberrys, iPhones 4, iPads,… algunos pagaron hasta dos mil euros por ver un partido de fútbol en el hemisferio Sur.





Y nos quejamos por la falta de dinero, el paro, lloramos la desgracia de Haiti pero cambiamos de canal con las inundaciones de Pakistán. Somos hipócritas e inconformistas.
Hemos conseguido que la mujer pueda llevar los pantalones, o descubrir las rodillas. Cambiamos las proporciones, exageramos los hombros, se ciñen las piernas. Nos llenamos de complementos, alzamos los tacones hasta lo imposible. Conseguimos todo y más en la moda.. pero no era suficiente, o quizás nos aburrimos. O quizás nos hayamos dado cuenta de que al final somos como esas americanas de los cincuenta. Festejamos, conquistamos, viajamos, perseguimos el placer y fingimos ser felices mientras dejamos los problemas para un diván ajeno.



Tal y como eran esos americanos de Mad Men. Bebían Vodka y Martini, salían a comer, a cenar, tenían hijos adorables, mujeres adorables que reconquistaban una y otra vez con joyas adorables. Amantes caras, trabajos existosos.
Marylin, Warhol, el jazz y las sociedades secretas.
Mientras el índice de suicidios aumentaba, y los psiquiatras se volvían populares.




Quizá por eso se pongan de moda series como Gossip Girl y Mad Men. Porque nos gusta el lujo y la buena vida. Verlo y soñar que lo vivimos.
A estas alturas.. qué más dá. Vivamos, soñemos, seamos felices. Vistamos las imitaciones cada vez más caras de Inditex, besemos a nuestros hombre (o mujeres, en esto también hemos avanzado) y disfrutemos de la buena vida.
¿no es al fin y al cabo de lo que se trata la moda?

y me pierden los hombres de traje.
Bi.