dando tumbos por Madrid.
Un taxi me acerca hasta el hotel. La ciudad me recibe con los brazos abiertos. miro por la ventana, y leo los rótulos de grandes empresas y multinacionales en lo más alto de los edificios. aquí está todo. editoriales, bancos, compañías telefónicas. todo.
al bajarme del taxi, el sombrero se me escapa, y el viento se lo lleva lejos -quizás los aires madrileños no me sienten tan bien, pienso.
es extraño cómo puedo llegar a sentirme acogida en un lugar tan grande.
al bajarme del taxi, el sombrero se me escapa, y el viento se lo lleva lejos -quizás los aires madrileños no me sienten tan bien, pienso.
pero un chico corre a buscarlo, y me lo devuelve.
en la habitación, no puedo resistir la tentación de tirarme sobre la cama de sábanas blancas, saltar sobre el colchón, escribirte por blackberry que soy feliz y te echo de menos.
pero no hay tiempo que perder, cuelgo la ropa, me pongo algo decente y me lanzo a la calle.
Y con un mapa enorme y las wayfarer puestas camino por calles estrechas y otras infinitas.
por Recoletos, pido ayuda a unos chicos en traje. no son de aquí, me dicen. aún así lo intentan.
qué grande es todo. cuento hasta cinco carriles, y no encuentro los pasos de peatones.
un madrileño se ofrece a ayudarme -resulta que no son tan fríos como pensaba, después de todo.
veo la enorme bandera que ondea en el cielo, y, al otro lado de la calle, Prada y Loewe. -gracias, aquí ya me oriento.
no puedo esperar. camino algo apurada hasta el número trece de claudio coello. es mediodía y la tienda está vacía.
me quito las converse y me los pruebo.
y camino.
pero no hay tiempo que perder, cuelgo la ropa, me pongo algo decente y me lanzo a la calle.
Y con un mapa enorme y las wayfarer puestas camino por calles estrechas y otras infinitas.
por Recoletos, pido ayuda a unos chicos en traje. no son de aquí, me dicen. aún así lo intentan.
qué grande es todo. cuento hasta cinco carriles, y no encuentro los pasos de peatones.
un madrileño se ofrece a ayudarme -resulta que no son tan fríos como pensaba, después de todo.
veo la enorme bandera que ondea en el cielo, y, al otro lado de la calle, Prada y Loewe. -gracias, aquí ya me oriento.
no puedo esperar. camino algo apurada hasta el número trece de claudio coello. es mediodía y la tienda está vacía.
me recreo en cada suela colorada, en los sofás barrocos, en los macarons que ya no tienen en el mostrador.
Y los pido. talla treinta y siete. me llaman por mi nombre, me piden que me siente.
Y los pido. talla treinta y siete. me llaman por mi nombre, me piden que me siente.
me quito las converse y me los pruebo.
y camino.
leí que E.Loewe había dicho algo así una vez "no se camina igual con un bolso auténtico que con una copia. la elegancia no se puede falsificar".
no sé cómo llamarlo, pero de repente siento que no quiero caminar sobre ningún otro zapato en el mundo. que ya no sabría cómo hacerlo.
Que los disfrutes! me dicen.
no sé cómo llamarlo, pero de repente siento que no quiero caminar sobre ningún otro zapato en el mundo. que ya no sabría cómo hacerlo.
Que los disfrutes! me dicen.
ni siquiera pude resistir dar unos salitos al salir. sí. son unos very privé. y son todo míos.
Dentro, contemplo el panorama del que Jorge hablaba hace unos días.
parafernalia, tontería. gente que va a pasar el rato, señoras que hacen cola para ver que regalan.
enseño la entrada y por fin paso. espero que a pie de pasarela cambie la cosa.
encuentro entre el público alguna cara conocida. gente que admiro más o menos desde el otro lado del ordenador.
me siento en el aire. quizás sea la altura de los tacones.
quizás los gritos de niñas con pomposos vestidos de zara, que me marean.
entro en la kissing room. y el paraíso del Grey Goose se abre ante mis ojos.
entre cocktail y cocktail presencio conversaciones muy interesantes, incluso participo en alguna.
me pregunto a mi misma si todo esto es moda. si no debería ser todo como aquellos primeros desfiles íntimos en la Rue Cambon 31.
aunque ni esto es París, ni son las creaciones de Gabrielle las que se exhiben.
tampoco las de Tom Ford -cuyo desfile se asemejaba mucho a aquellos de Alta Costura de hace ya décadas.
confusa, pero satisfecha, vuelvo al hotel.
me cambio, dispuesta a recorrer Fuencarral. y al salir me esperan focos y flashes y un photocall.
cuando ya estaba empezando a sorprenderme de verdad la calurosa bienvenida que me habían preparado en la capital me doy cuenta de que hay una premiere en el lobby. y dos actores de Hollywood están al caer.
me pregunto si esto es habitual aquí.
-aunque todavía no sé cómo voy a meter la caja en mi maleta tamaño ryanair.
sobre trece centímetros y suelas rojas -y en metro- llego a Ifema.
como algo rápido y mi tío -que me acompaña- me presenta a dos mujeres -y el 2.55 jumbo de una de ellas.
como algo rápido y mi tío -que me acompaña- me presenta a dos mujeres -y el 2.55 jumbo de una de ellas.
Dentro, contemplo el panorama del que Jorge hablaba hace unos días.
parafernalia, tontería. gente que va a pasar el rato, señoras que hacen cola para ver que regalan.
enseño la entrada y por fin paso. espero que a pie de pasarela cambie la cosa.
encuentro entre el público alguna cara conocida. gente que admiro más o menos desde el otro lado del ordenador.
y en medio de una nebulosa, abrumada por la experiencia, intento concentrarme en el desfile.
y lo comento, aunque todavía me cuesta formarme una idea.me siento en el aire. quizás sea la altura de los tacones.
quizás los gritos de niñas con pomposos vestidos de zara, que me marean.
entro en la kissing room. y el paraíso del Grey Goose se abre ante mis ojos.
entre cocktail y cocktail presencio conversaciones muy interesantes, incluso participo en alguna.
me pregunto a mi misma si todo esto es moda. si no debería ser todo como aquellos primeros desfiles íntimos en la Rue Cambon 31.
aunque ni esto es París, ni son las creaciones de Gabrielle las que se exhiben.
tampoco las de Tom Ford -cuyo desfile se asemejaba mucho a aquellos de Alta Costura de hace ya décadas.
confusa, pero satisfecha, vuelvo al hotel.
me cambio, dispuesta a recorrer Fuencarral. y al salir me esperan focos y flashes y un photocall.
cuando ya estaba empezando a sorprenderme de verdad la calurosa bienvenida que me habían preparado en la capital me doy cuenta de que hay una premiere en el lobby. y dos actores de Hollywood están al caer.
me pregunto si esto es habitual aquí.
se hace me hace de noche en Fuencarral.
no puedo dejar de sonreír, de entrar en tiendas, palparlo todo.
comprar en Khiel's, en Muji.una camiseta en una tienda sin nombre.
hacer una parada en el Starbucks,
me pasaría horas y horas por estas calles.
no puedo dejar de sonreír, de entrar en tiendas, palparlo todo.
comprar en Khiel's, en Muji.una camiseta en una tienda sin nombre.
hacer una parada en el Starbucks,
me pasaría horas y horas por estas calles.
si no estuviera agotada volvería al hotel dando saltos de alegría. de plenitud. como una niña con zapatos nuevos.
me cambio otra vez para ir a un japonés a devorar cada plato del menú.
el maki está increíble y yo hambrienta.
después de la última cucharada de helado de té verde me lanzo de nuevo a la calle.
por casualidad, me topo con un sitio cuyo nombre he visto ya en algún lado. quizás una revista.
me suena que tienen una buena carta de ginebras. no me equivoco.
Citadelle con Fever Tree, por favor.
me cambio otra vez para ir a un japonés a devorar cada plato del menú.
el maki está increíble y yo hambrienta.
después de la última cucharada de helado de té verde me lanzo de nuevo a la calle.
por casualidad, me topo con un sitio cuyo nombre he visto ya en algún lado. quizás una revista.
me suena que tienen una buena carta de ginebras. no me equivoco.
Citadelle con Fever Tree, por favor.
El licor me recorre la garganta, el día no podía haber acabado mejor.
Con el amargo del limón y los grados encubiertos en un sabor exquisito hablo sin frenos con mi padrino.
Bi.
Con el amargo del limón y los grados encubiertos en un sabor exquisito hablo sin frenos con mi padrino.
de moda, de la vida, de Rachmaninoff y Bach.
y twitteo y hablo y bebo. todavía tengo veinticuatro horas por delante, y ya quiero parar el tiempo.Bi.
12 comentarios:
Qué envidia me das al leer esta entrada.
Qué energía desprendes en cada una de las palabras, los puntos y las comas.
Me maravilla la adoración que sientes por la moda y lo capaz que eres, siempre, de plasmar exactamente lo que quieres decir.
Yo me iré con Malu a Madrid en un mes o así, y espero - o más bien deseo- que nuestros días por la capital puedan parecerse, aunque solo sea un poquito, a todo lo que describes aquí.
Un beso enorme :)
Kass
la foto probandote los zapatos y bebiendo en starbuks! me encantan, eso si, la mejor foto, la ultima, porque asi es como se te va a ver caminando con tus nuevos zapatos. Va a deslumbrar la inimitable suela roja, y caminaras diferente, sintiendo la piel y pisando fuerte, porque los tuyos no son fake!
un beso Iria
Cada día mejor y mejor...en cada post vivimos un poquito más a través de ti :)
Que verdad loo de Loewe...
Zepequeña.
Dios, las niñas de Ifema son lo peor. Insoportables. Van taaaan de superior con sus vestidos de zara como tu has dicho y sus tacones como si fuesen las reinas del mundo haciendo cola en la ruleta de Telva. Agh.
Pero en definitiva, me alegro de que haya sido un dia taaan fantastico. Louboutin, omg.
xx
B
Me alegro de que estés disfrutando Madrid... :D
OMFGG! Què gran post, me encanta tu blog, ojalá yo pudiese permitirme todo eso.
http://highschoollifestyle.blogspot.com
Muy grande como siempre, que gracia me ha hecho lo de los madrileños frios. Pero si somos super simpaticoss!!! =)
Un besito
como he saboreado cada palabra describiendo tus taconeos por Madrid. :) Prometo que organizaré el gran desfile Off Cibeles en unos años, como se hacía antes. Como por ahora ha recuperado Tom. Espero que entonces lo recojas en tu revista, porque obviamente estarás en el front row!
como he saboreado cada palabra describiendo tus taconeos por Madrid. :) Prometo que organizaré el gran desfile Off Cibeles en unos años, como se hacía antes. Como por ahora ha recuperado Tom. Espero que entonces lo recojas en tu revista, porque obviamente estarás en el front row!
Llevo un tiempo leyendo tu blog y me encanta. A mi tambien me gusta escribir pero no creo que tenga el Don que tu tienes :)
No dejes de escribir :D
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