Maratón de cine clásico.

Los findes de invierno en un pueblo se hacen largos a veces.
Pero no si tienes una madrina que es una forofa del cine, y te presta de vez en cuando esas jollitas que ya debería haber visto.
Esas pelis como ya no las hacen, donde ellos tienen unos rasgos perfectos, y te abren la puerta del coche de caballos, y mandan parar al cochero para comprarte una rosa -blanca, nada de ñoñerías-, y en el día de tu cumpleaños te llevan a la ópera...y donde ellas son siempre educadas, glamurosas, dulces, bellísimas.
Y llevan esas bolitas de pelo para calentarse las manos. -¿por qué ya no usamos de esas cosas? Prendas con unos cortes exquisitos, guantes de piel y pañuelos al cuello. Y unos vestidos.. GRANDIOSOS. Hasta los harapos de los personajes menos pudientes son geniales. Pero lo mejor de las películas antiguas es el sonido. Voces que parecen lejanas pero siempre cálidas. Acompañadas con el crujido de las palomitas es insuperable. Perfecto. Este sábado escogí Carta de una desconocida (Letter from an unknown woman). Es triste, muy triste, y más si te encuentras depresiva como yo, pero lo peor fue que estaba rallada y tuve que ver las últimas escenas en youtube, en inglés. Pero valió la pena. Excelente interpretación de Joan Fontaine y Louis Jourdan.