viernes, 5 de febrero de 2010

Un día extraordinariamente corriente.

Tenía otra entrada programada para subir hoy...
pero es que tengo que contaros lo orgullosa que estoy de mi misma.
Estoy cumpliendo a rajatabla (o casi) el propósito que me hice el lunes.

Hoy, por más fenómenos adversos que se me han presentado, no he perdido la sonrisa.
¡Sí! Yo, la que llora con una película aunque ni siquiera la haya visto empezar. La que se hunde porque al revolver el yogur pringué toda la cuchara, y al tomarlo me voy a pringar el dedo, la que hace de todo un mundo y se enfurruña por cualquier cosa, he mantenido la calma y he tenido un día fabuloso.
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-Por la mañana, aquel que me hizo llorar durante meses, estuvo de lo más atento conmigo. Cuidándome, mimándome, como solía hacer en otros tiempos.
(No os equivoquéis, aunque que esto pueda parecer algo positivo, solía ser algo que me hundía, porque me recordaba momentos que era consciente que no volvería a vivir.)

-De camino a casa, un viento infernal rompió mi paraguas de Burberry y mi melena planchada hasta el extremo quedó a la intemperie.

-Mi abuela cocinó una de mis comidas favoritas. De lo más calórico que os podáis imaginar.
(¿Por qué tiene que hacerlo siempre que intento adelgazar?)

-Cuando iba a piano (sin paraguas, claro) intenté caminar por los soportales, para evitar la lluvia. Pero una de esas gotitas heladas y odiosas que cuelgan ansiosas de la esquina de cualquier edificio me cayó justo en medio de la cabeza.
(Creedme, es una sensación de lo más irritante)

-Para más inri, la lluvia iba en aumento, y decidí meterme en el primer local que vi para resguardarme hasta que parase un poco.
Con la mala suerte de que me metí en una tienda de bacalao, el pescado que más odio en el mundo. Y aquello olía a una mezcla de salitre y pescado enormemente desagradable.

¡Ah! Y mañana tengo examen de matemáticas.


Pero hasta yo misma me sorprendí cuando, ante todas situaciones incómodas, ni me hundí, ni me enfadé, ni siquiera me molesté.

Y no es sólo por el mero hecho de habérmelo propuesto.
A veces un libro, una conversación, una mirada, un problema de matemáticas que por fin entiendes, experimentar con nuevos perfumes e incluso el olor que desprende la pastelería de la esquina o el té caliente te hacen ver la vida de otra manera.
Más bella, más bonita.

A veces la más tonta de las frases, el más conocido de los poemas, te hace sonreír, y, sin a penas darte cuenta, completa una parte de ti que estaba vacía.

No se cuanto me durara esto; asi que, por lo menos, que quede aqui escrito para la posteridad. :)


Espero que también vosotros hayáis tenido un bonito día.

P.D. Gracias otra vez a Julia, por esa entrada maravillosa.
No dejéis de pasaros por su blog, encontraréis cada día fotos geniales, ingeniosas; esas fotos que te inspiran. Cada día con una temática sorprendente y unas frases en tono cercano; Este es uno de ésos blogs de visita diaria obligada.

Un beso enorme, Bi.♥
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